domingo, mayo 16, 2010

Cosas buenas también nos suceden


Cosas buenas también nos suceden

A pesar de todo lo que hemos soportado en Venezuela en lo que va del 2010, como la calima, la oscuridad obligada, el calor, por sólo enumerar algunas, también suceden pequeñas grandes cosas, como el nuevo espacio con que cuenta Caracas. Pequeña pero de grandes posibilidades tenemos ahora la Plaza de Los Palos Grandes, así de simple se llama, sin grandes etiquetas ni adjetivos Desde hacía trece años no se inauguraba una nueva plaza en esta nuestra ciudad convulsionada. Ahora, la placita, como ya la llamamos, es nuestra novedad, nuestro refugio, punto de encuentro y hasta de referencia. Para mí, es mi nueva oficina, sí, oficina, porque observo y palpo el ritmo de los demás. Me nutro de las conversaciones de los otros, de las que agarro pedacitos e hilo mis propias historias. Escucho la risa sanadora de los niños, los fotógrafos le toman fotos y hasta un trovador urbano la ha visitado uno que otra noche. Ahora hay una pausa nueva en la vida de la ciudad.
Cada uno ha tenido una plaza en su vida que lo ha marcado, ahora les toca a estos niñitos que la visitan construir sus propias historias y darle la esencia que las plazas adquieren con los años.
Sólo imaginen cuando esté lista la biblioteca que llevará el nombre del poeta Montejo quien tal vez la imaginó cuando transitaba por estas calles de Los Palos Grandes.
Es que cosas buenas también suceden.

2 comentarios:

krina dijo...

Qué bueno, de verdad. Al mismo tiempo no puedo dejar de pensar... Ahora estuve en Lisboa y en Tel Aviv: ciudades donde las plazas, grandes y pequeñas, monumentales y vecinales, redondas, cuadradas,rectangulares, con esculturas, con flores, con bancos y juegos para niños están por todos lados, son parte del espacio urbano y de la vida cotidiana tan normal como el hecho de que los telecajeros funcionan y el correo llega, y nadie piensa siquiera que pudiera ser de otra manera

Becalei dijo...

Sí Krina, estoy de acuerdo contigo. parece mentira que hasta tener una plaza nueva sea algo extraordinario, casi heróico. Cosas de estos lares.