sábado, agosto 11, 2007

Mi escritura no viene de mi cabeza, viene de mis manos.

Yo no soy escritor. Decidí serlo. Y decidí serlo porque tuve la sospecha (aún la tengo, porque certezas no existen) de que algo en mi cabeza no funcionaba dentro de la razonable. No es un asunto de locura, ni de escasez, ni de exceso, es un asunto de razonabilidad del pensamiento. Ni siquisera importa si tengo razón, porque cualquiera puede tener la razón dados los parámetros adecuados. Es un asunto de ser razonable aquí y ahora. Quizás por eso he pasado por más de un tropiezo.

Ahora bien, escribo en parte por la cabeza. Por las ideas, por el discurso. No escribo porque se me ocurra una historia, escribo porque me obsesiono con una palabra. Y esa sola palabra tiene que decir más que ella misma. Pero el producto final, la escritura ya como cosa que se lee, descubrí recientemente, no esta en mi cabeza sino en mis manos, y mis manos son capaces, ellas solas, de cambiar lo que mi cabeza pensó. Pienso una frase, pero no se escribe de la misma manera que la pensé. Mis manos la cambian, o es la escritura que toma forma por sí misma. No es escritura auómática, de ninguna manera, porque trato de pensar todo antes de sentarme a escribir. El asunto es que pensar no es escribir, construir un personaje no es escribir, ni siquiera hacer un esquema de cómo irá la trama es escribir. Escribir es escribir. Y como tal, las manos tienen el control total, no la cabeza.

Modifico entonces lo que puse al principio. No SOY nada completamente. Sólo me siento escritor cuando estoy escribiendo, cuando mis manos actúan. Cuando me levanto de la computadora dejo de serlo y soy sólo yo. Y como me gusta escribir, pues cada vez paso más tiempo sentado en la computadora "siendo" escritor. Así que cuando conozco a alguien en la calle y me pregunta ¿y tú qué eres? yo jamás respondo escritor, no me atrevería. Sólo respondería "soy escritor" si me preguntara mientras estoy sentado frente a mi computadora escribiendo. Pero si estoy sentado frente a mi computadora escribiendo, lo más seguro es que ni siquiera pueda escuchar la pregunta así que no respondería. Concluyo entonces, dada esta cadena de implicaciones, que yo jamás podré decir, a menos que mienta, que soy escritor.

1 comentario:

krina dijo...

lo que tú llamas "manos debe ser otra cosa, el inconsciente tal vez, pero por lo general lo que dices es cierto. Uno piensa cosas pero pensar no es escribir.Yo nunca sé cómo van a desarrollarse mis historias. Confía en tus "manos" Humberto.