Siempre que llega un nuevo aniversario de los sucesos que ocurrieron en París durante aquel convulsionado mayo del 68 me embarga una extraña emoción, y es que viví esos acontecimientos muy de cerca aunque estaba a miles de kilómetros de París.
Caracas era para ese entonces una ciudad apacible a pesar de que la guerrilla le daba al gobierno de Raúl Leoni -Presidente de Venezuela en ese tiempo- algunos dolores de cabeza. El color no había llegado a la televisión, ni la inmediatez de las noticias era como ahora, sin embargo, esas imágenes en blanco y negro de todo lo que pasó en el mundo durante ese año inolvidable, me impactaron para siempre.
Mi hermana estaba estudiando en París. Había partido un año atrás y teníamos con ella el contacto que se podía tener en esa época, es decir, esperar por semanas por la contestación de una carta y llamarla muy de vez en cuando porque las llamadas eran bastante caras y a través de engorrosas operadoras internacionales.
Mi existencia hasta ese año había sido tranquila, estaba por empezar la adolescencia, pero ciertos acontecimientos no podían dejar de llamarme la atención. La guerra de Vietnam, el asesinato de Martin Luther King, otro de los Kennedy, Robert, era asesinado; los Beatles en pleno apogeo. Demasiadas cosas como para permanecer indiferentes. Recuerdo muy bien las noticias narradas por el “Walter Cronkite” venezolano de ese entonces, Amado José Pernía, quien con su particular voz, narraba las noticias en “El Observador”: “extra, extra”, decía, “las fuerzas norteamericanas y las del Vietnam del sur acaban de protagonizar un fuerte combate” “las bajas en ambos bandos son considerables”.
Mientras, allá en París, mi hermana vivía en una residencia en el Boulevar Raspail, muy cerca de la Soborna. La última vez que habíamos sabido de ella fue a finales de abril -estaba haciendo frío- nos contó, “París está más bello que nunca”, “hay algunas protestas estudiantiles en Nanterre”, eso era todo, nada hacía sospechar lo que estaba por ocurrir.
Y en verdad la cosa comenzó por Nanterre. Allí los estudiantes de movimientos de izquierda se habían organizado y tenían un líder: Daniel Cohn-Bendit, un estudiante de sociología de 23 años. Ellos exigían mayor libertad de expresión política. La detención de “Dany el Rojo” –como le llamaban- causó la ira de los estudiantes. La protesta se extiende a París, se llama a paro nacional de universidades y se unen los trabajadores a la protesta. Hay huelgas de todo tipo que paralizan a Francia. Llegan las imágenes. Veíamos abismados a los estudiantes barbudos arrancando adoquines y lanzándolos a los gendarmes, barricadas por todas partes, obreros marchando, huelga general. Tenían un grito de guerra: “Prohibido Prohibir”.
Mi casa se volvió un caos, mis padres entraron en pánico, sobretodo mi mamá, quien se imaginaba a mi hermana pasando hambre. A mi me parecía todo de lo más emocionante. La gente nos llamaba para preguntar si teníamos noticias pero resultaba imposible comunicarnos por teléfono con París.
A finales de mayo llegó una carta, un amigo de mi hermana había podido llegar hasta Bélgica y pudo enviarnos esta nota de su parte.
Paris, mayo 1968
“Querida familia:
Por fin logro escribirles estas cortas líneas para dejarles saber que estoy bien. Estos días han sido de muchas emociones. Desde la residencia podemos oír con claridad –tal vez demasiada- el sonido de las bombas lacrimógenas y los gritos y consignas de los estudiantes. Hay un estado general de agitación por toda la residencia y nos han pedido a los estudiantes extranjeros que no nos involucremos en los disturbios. Les tengo que confesar que no he podido dejar de bajar, aunque sea un par de veces, a la Plaza de la Sorbona, allí se concentran los estudiantes y sus debates políticos son más interesantes que cualquier clase de filosofía. Mamá, no te preocupes, en la residencia nos dan el desayuno y entre todos los estudiantes nos las arreglamos el resto del día. Hermanita, con lo curiosa que eres sé que todo esto te debe parecer muy emocionante, ya te contaré todo con detalles.
Los quiero, no se preocupen……”
Para finales de mayo la calma llegaba lentamente a Francia y también a mi familia. Hice un alto en mi tranquila existencia para tratar de comprender lo que estaba pasando en el mundo. Un mayo inolvidable visto por un par de ojos grandes e inocentes que estaban despertando.
Beatriz Calcaño
6 comentarios:
Estimado amigo:
Hablar de uno mismo no tiene demasiado sentido si no es como tú lo haces, tomándolo como excusa para hablar de otros. Te encontré buceando en tus "blogs amigos" y he tenido la grata sorpresa de que la experiencia personal puede ser enriquecedora siempre. Espero seguir leyéndote y, por qué no, seguir intercambiándonos esos minúsculos, pero grandes, momentos autobiografiados, como es tu propio mayo del 68, fecha en la que aún me quedaban nueve años para nacer.
Aunque no he leído todos los post de tu blog, prometo seguirte la pista. Un abrazo, desde el otro lado del mundo. Salud, amigo.
Luis Q. (Madrid)
www.autobiografiaporescribirluisquinonesc.blogspot.com
Beatriz, aunque te hago un comentario corto, estuve pensando en el mensaje de mayo del 68. Me interesó el hecho que hayas colocado tres "textos" que aportan experiencia: tu relato personal, la carta, y la foto (que independientemente de la fuente o la referencia, la imagen funciona). A través del texto colocas en posturas diferentes al lector: tu mirada (inocente y curiosa para ese momento), a través de tí la de tus padre (el pánico), la carta de tu hermana y la foto.
En un texto corto logras decir mucho, porque son experiencias, construcciones de un momento desde el recuerdo, el hecho histórico se hace con tus palabras... que es muy diferente que las palabras pretendan ser transparencias de un hecho histórico...
Que bueno que compartiste ese recuerdo,
Humberto.
Hola Bea, qué narración tan maravillosa. Ese fue un hecho que yo no viví ni por tv, ni por prensa. Parece que dejó una huella profunda en ustedes. Me pregunto dónde estarán ahora los protagonistas de esos debates.
Lo que me extraña que tú con esa curiosidad no te hayas inclinado más adelante por el periodismo. Te lo dice un curioso por oficio.
Néstor
Hola compañeros, gracias por sus comentarios. Me alegro de que les haya llegado mi texto. Es algo que estaba por alli en mi memoria guardado,lo rescaté y quise compartirlo. Inicialmente lo escribí en el taller de crónicas literarias con Eloi, pero lo he ido puliendo ya con un poco más de experiencia con la escritura. Y sí Néstor, hubiera querido ser periodista, como mi papá y tú.
Los aprecia,
Beatriz
PD: Humberto, ¿crees que debí haber puesto la fuente de donde tomé la foto? Es del mayo del 68 y la busqué por Internet.
No Beatriz, para nada, precisamente lo que me gusta dela foto es que no tiene referencia, de hecho te digo que no hace falta. Y lo que me gusta del texto, y fue lo que traté de decir, es que es una experiencia y no una referencia a un hecho. No nos estas "indicando" el hecho como un dedo que señala, lo estas "construyendo", más como un pintor que hace un cuadro a partir de diferentes discursos (recuerdos, fotos y la carta).
Es más, el título lo dice todo, no es "EL mayo del 68" sino "MI mayo del 68". Ese MI ya me esta diciendo que no hace falta referencia para nada...
Humberto.
Bea, casualmente hoy El Nacional publicó una nota sobre el mayo del 68, seguramete lo vieron, con las consignas principales de ese movimiento. Qué envidia no haberlo vivido.
Saludos, Néstor
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