miércoles, junio 27, 2007

LA OTRA ISLA

Cuando uno lee algo que lo conmueve debe transmitir el tesoro de la lectura, el único que se multiplica al compartirlo, aunque sea en la islita indolente de nuestro blog. Estoy hablando de la novela que tal vez ya conocen, La otra isla, de Francisco Suniaga. Siempre atrasada, terminé de leerla esta noche. El suspenso alrededor de un indagatorio policial (y del otro, literario, no menos importante) se combina con el lento asentamiento de nuestro conocimiento lector de la isla de Margarita, la de hoy y la que aún permanece debajo de la superficie. Entre visiones de turistas alemanes y de los antiguos habitantes, “naúfragos” en la desolación del presente, se revela la verdadera y cruel dimensión de la degradación humana que anida en nuestra conocida indolencia tropical, hecha de insensibilidad y violencia, de burocracia, amistades y expedientes sepultados en carpetas polvorientas.
Cuando un libro toca ciertas fibras internas nada que se escriba acerca de él pueda transmitir todo su misterio. Éste ha logrado el prodigio (que al menos en mí no se da a menudo) de una profunda identificación con todo lo que cuenta. Los personajes son, hablan y piensan como si uno los conociera, tanto los principales como los apenas esbozados —funcionarios, turistas, policías —las situaciones tienen el acento inimitable de la verdad. Pero no es una verdad exterior, superficial, literaria: lo que transmite se ve y se siente, toda descripción tiene una dimensión vivida de desolación y poesía que, simplemente, conmueve. Los personajes son tratados con un inusual respecto. Sin recaer en descripciones de violencia, tan en boga en nuestra narrativa, la que transmite esta historia en escenas de cría y pelea de gallos es tan fuerte que le sacude a uno el estómago, y las disertaciones políticas del psiquiatra Pedro no suenan a mensaje de autor ni a ensayo en contrabando. La novela se lee con el placer de poder dejarse llevar por un excelente narrador que no defrauda, no aburre ni un segundo, varía las voces, perspectivas y tiempos sin que en ningún momento asome la costura de la técnica narrativa.

1 comentario:

Becalei dijo...

Krina, gracias por la recomendación.
Saludos,
Beatriz