jueves, octubre 30, 2008

pequeños crímenes


Desde hace algunas semanas, en varios lugares del Parque del Este, este afiche expone el proyecto del Museo Buque Leander ante centenares de personas que lo ven a diario.

Es un prodigio de la expresión escrita: cada vez que lo leo, le encuentro más confusión. Por si no se lee bien en la foto, lo transcribo tal cual:

El Museo Buque Leander es una obra de 4300,00m2 de construcción aproximadamente, de los cuales el área del Museo abarca dos (2) niveles y estarán por debajo del nivel de la tierra; el Buque que quedará superficial tendrá varios niveles internos, ambientados a la época donde se presente la historia de la expedición de Francisco de Miranda en el Buque, a través de los diferentes accesos con recorridos que incorporen al visitante desde el parque a las diferentes actividades a desarrollar dentro de las instalaciones propuestas.

Sólo queda rezar para que la calidad de la redacción no tenga nada que ver con la del proyecto. Amén.

jueves, octubre 23, 2008

Una palabra, un regreso

Una afirmación y un reencuentro. La palabra "aquí" escrita con otras letras y otros trazos.
He podido arrastrar conmigo tanto pero al final decidí sólo arrastrar mis pies. Y detrás de ellos esta risa que ya suena lejana.

Este es un reencuentro con las letras, con todas ellas, con los brazos abiertos como queriendo abrcarlas todas. Qué iluso, qué ingenuidad. Pero a la vez qué divertido. Volver a ver estos ojos y estas miradas. Regresar antes del olvido.

La costumbre la perdí y trato de hacer este recorrido como si tuviera la brújula descompuesta. Puro olfato, puro instinto.

Esta voz siempre fue un eco. Un rebote que se levanta de un suelo quebrado. Un saludo que no deja de escucharse. La gota de agua que siempre queda en el fondo de la tapara.

lunes, octubre 20, 2008

a proposito del nobel

Muchachas, muchachos:
Con el largo silencio, empujado por Bea, encontré una excusa para reportarme.
Una frase del nuevo premio Nobel de literatura Jean-Marie Le Clézio, me convenció de escribir sobre un asunto que siempre tengo presente. Dice el ahora millonario (en letras): "El escritor no es ni un profeta ni un filósofo, es sólo un testigo de la realidad que lo rodea".
Estoy tan de acuerdo con él que recordé una reciente discusión en la que dije algo sobre qué escribir y cómo escribirlo en estos tiempos de polarización política cuando somos testigos de lo que pasa. Yo diría que muchas ideas relacionadas con temas políticos mueren o las matamos por temor a que hieran sensibilidades en un ambiente en el que "estás con el gobierno y o estás contra él".
Yo he intentado muchas veces dar forma narrativa a algunos incidentes políticos de los que hemos sido testigos (que hemos sufrido) y han terminado en la papelera por una serie de razones, pero principalmente por el temor a que algún lector (autoridad) se moleste. Hasta ahora no he tenido la posibilidad de presentar alguna pieza a consideración de las editoriales oficiales, pero seguramente le pasará a cualquier tomar en cuenta lo que dice para supuestamente mejorar las posibilidades de publicación. ¿Autocensura? Yes sir, como diría ya saben quién. ¿Es honesto esto? como testigos que somos, no.
Cierto que no estamos en la época de los vituperados 40 años en los que la actividad cultural en general y la literaria en particular acogía con bombos y platillos las obras que criticaban el sistema o que reflejaban la pobreza, la corrupción de los regímenes políticos o utilizaban determinados incidentes para hacer críticas sociales y hasta ganaban premios.
Entonces qué hacemos, cómo dejamos huellas de lo que estamos viviendo, de lo que somos testigos. He comenzado a dar forma a un cuerpo de argumentos que está disperso todavía pero que se centra en mantener el punto focal como una cámara que registre hechos sin hacer comentarios, sin lanzarse a plantear argumento sociológicos. ¿Esto es suficiente? No lo creo y es porque pienso que el narrador tiene una responsabilidad social más allá de lo que nosotros discutimos. Entonces, viene la otra parte, que creo que la columna vertebral debe ser la creatividad, la originalidad. Plantear visiones distintas, hechos de forma que inocentemente dejen colar el mensaje que se desea plantear. Dicho de esta manera, suena fácil pero creo que cada quien debe buscar la solución a este conflicto con su capacidad literaria.
Escuché el cuento de Nelson Cordido, “un orgasmo por la paz”, que da una idea sobre una posible forma de meterle el pecho al asunto. Quizás el cuento de Nelson suene panfletario en algunos pasajes y que sea muy evidente el mensaje que pretende dar. Habrá quien lo acuse de hacer un retrato del país sin que Nelson tuviera la valentía de decir derechamente que se trata de Venezuela. Más de uno le dijo a Nelson: “Quien va a publicar ese cuento que habla de un dictador”.
Como sea, es un intento, incluso mucho mejor que los míos, que han terminado en la basura. Como sea, es una manera de plantear el asunto, además con humor. Por ahora sigo pensando que la clave de tratar la realidad que "vivimos" viene mucho de la mano de trabajar narraciones que traten sobre la pobreza, la delincuencia, la injusticia, la impunidad como consecuencias de un sistema de cosas que no marchan muy bien que se digan, a fin de preparar el terreno para el gran tema, la política, del que personalmente tengo interés y que espero llegará el día cuando podamos escribir de ella libremente, sin presiones, sin prejuicios, sin temor a represalias, tanto como se hace sobre el amor, la obsesión de todos nosotros.
Finalmente, hay otra frase de Le Clézio que me gusta y que creo que adoptaré: "Escribir es viajar, me gusta estar en países nuevos y por eso me gusta la literatura. Cada vez que comienzo un nuevo libro me siento una persona diferente". Como dicen algunos: Lo certifico.
Néstor

viernes, octubre 17, 2008

Accidente

Tlin!
Taf! Taf! Taf! ... Tlin... Hu! Hu! Hu! Hu!

Sangre de brasas... Astillas... Lloros.
Dos manos como saludo de amistad.
Lenguas dispersas muertas de sed.
Un ojo atisba del ventanillo.
La locomoto muriendo bufa:

Taf! Taf! Tlin! Hu!

Paris-Nice... I... III... Wagon.
Rauchen verboten... Ay! Virgen santa!
Un pie cortado holla un cerebro.
Quijada rota se ríe... se ríe...
Goddam! Ay!... Secours!... Au secours!

Taf! Taf! Hu! Hu!

El trata de levantarla... Grita ya ronco.
Ella lo apenas puede mirar...
Ambos contemplan el foco eléctrico
Que con la muerte ya se les vidria.
Luna de miel... Luna de miel eunuca...

Taf! Taf! Hu! Hu!



Salustio González Rincones
París. 1930.

miércoles, octubre 15, 2008

La noche los...

La noche. Los asteriscos blancos
de las estrellas.

Pasa
violenta, salpicada en los flancos
la locomotora, por hábil luz brasa.

Al atroz precipicio de los barrancos
las luciérnagas, un oro verde
y luminosas.

Francos
hablares, en el silencio, una voz muerde
...... ahora se pierde.

Hay seis pinos
largos; tremendos por su negrura.
No los doblan los cristalinos
vientos.
La luz madura
del carro, llega
ciega,
toda en determinados oscilamientos.

Como cascada,
de un relincho, se oye la voz espada;
y el carro trémulo, pasa
por entre el Río, que se adelgaza.

O! los paisajes todos oscuros,
los pinos viejos, los largos muros
llenos de yerbas elásticas
con el viento; voces fantásticas
y aquellos pinos, de siluetas
quietas...
todas monásticas.




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Amigos taparenses, ¿saben quién es el autor de esta maravilla?, ¿a qué les suena?. Parece lugones, ¿verdad?, pero no...

viernes, octubre 10, 2008

El “escritor de la ruptura” Jean-Marie Gustave Le Clézio obtiene el Nóbel de Literatura 2008


"Escribir no es sólo estar sentado en tu mesa contigo mismo, es escuchar el ruido del mundo. Cuando estás en la posición del escritor se percibe mejor el ruido del mundo, vas al encuentro del mundo!",
Jean-Marie Le Clézio


ESTOCOLMO, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El literato francés Jean-Marie Gustave Le Clézio ha obtenido el Premio Nóbel de Literatura, según informó ayer la Real Academia sueca.
Nacido en 1940, la Academia lo ha definido como "el escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensibilidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante".
Su primera novela fue 'Le procès-verbal' (1963), en la que revela sus influencias del existencialismo y de la llamada 'nouveau roman'. A esta obra le siguieron otras dos novelas 'La fièvre' (1965) y 'Le déluge' (1966), en la que denuncia "el problema y el miedo inherentes a las grandes ciudades occidentales", según el comunicado de la Academia.
Le Clézio se ha revelado como un escritor comprometido con la defensa de la ecología, una orientación que se acentuaría en obras como 'Terra amata' (1967), 'Le Livre des fuites' (1969), 'La guerre' (1970) y 'Les géants' (1973).
El tema central de la obra de Le Clézio se ha ido orientando cada vez más hacia la exploración del mundo de la infancia y hacia la historia de su propia familia. Bajo estas premisas escribió 'Onitsha' (1991), 'La quarataine' (1995), 'Révolutions' (2003), en la que trata algunos de sus temas favoritos, como el exilio, la memoria, la ruptura de la juventud y el conflicto cultural; y 'L'Africain' (2004), en la que narra la historia de su padre y los recuerdos de un adolescente a la sombra de un extranjero al que debe amar.
Entre sus últimas obras destaca 'Ballaciner' (2007), un ensayo profundamente personal sobre la historia del arte cinematográfico y sobre la importancia del cine en su propia vida. En estos momentos está pendiente de publicación 'Ritournelle de la faim'. Le Clézio también ha escrito libros para niños y adolescentes, como 'Lullaby (1980), 'Celui qui n'avait jamais vu la mer suivi de La Montagne du dieu vivant' (1982) y 'Balaabilou' (1985).

domingo, octubre 05, 2008